La publicidad da un giro total, se transforma en una publicidad de las emociones, cuyo objetivo es conectar a la razón de ser de la empresa y el producto con las emociones positivas que genera en el consumidor. Pasa de sólo describir el producto a describir su utilidad, su propósito.
Las empresas con un propósito, han logrado crecer un 12% de su valor en Bolsa en relación con aquellas compañías que no tienen un propósito o que no lo hacen público.
Ahora, las compañías que venden zapatos deportivos no hacen promoción a los zapatos, lo que hacen es invitar a realizar una acción; compañías tecnológicas te invitan a pensar de manera diferente. Estas compañías recurren a la emoción y no al producto, incluso lo han quitado de sus anuncios.
El servicio al cliente, actualmente se enfoca en rasgos emocionales, con el objetivo de que el cliente quede satisfecho emocionalmente, su objetivo es lograr la atracción del consumidor a través de emociones.
Sin embargo, lo que una empresa da al empleado y lo que ofrece al usuario, está muy lejos de estar conectados. Lo que se está por lograr es unir la experiencia del cliente con la experiencia del empleado.
Empresas del sector servicios, se refieren a un modelo de experiencia única que conecte los dos mundos y los transforme en uno solo. Empresas tecnológicas, incluyendo startups, llegaron a la conclusión de que son personas sirviendo a personas, mediante la tecnología, trasladando al producto. El cliente y el empleado como centro de su actividad.
Rescatar el humanismo que se manifiesta en el reconocimiento de las emociones al ofrecer un producto o un servicio.